Ayudar al alumnado a desarrollar competencias intrapersonales
Autoconcepto, autoestima, autogestión y autonomía. Cada persona debe tomar conciencia de sí misma en todas sus dimensiones: física, cognitiva, emocional y transcendental. El maestro debe propiciar un autoconocimiento de su alumnado ajustado a la realidad, para favorecer la autoestima saludable donde el alumno y la alumna valoren lo que realmente son. El profesor debe ayudar a sus alumnos y alumnas a descubrir “lo que soy, lo que me gusta y lo que me gustaría ser” y a diferenciar “lo que veo, lo que siento y lo que pienso”. Esto es clave para la formación del autoconcepto.
Ayudar al alumnado a desarrollar competencias interpersonales
Enseñar estrategias de comunicación, liderazgo, empatía, trabajo en equipo, detectar competencias en otros, reconocer los éxitos y aportaciones de otros. El docente debe propiciar un ambiente de respeto y reconocimiento de los derechos y deberes propios y de los demás en el aula.
Mantener el equilibrio en el aula
Un aula está equilibrada cuando la figura de autoridad o referente está equilibrada. El maestro o la maestra deben tener un conocimiento profundo de sí mismos, de sus fortalezas y de sus debilidades, de sus intereses y motivaciones. Un maestro debe cultivar previamente en sí mismo las competencias intra e interpersonales y debe ser un “experto” en autogestionarse. La clave de las relaciones sociales es el autoconocimiento.
Descubrir las fortalezas del alumnado y partir de ellas para abordar las debilidades
Debemos evitar centrarnos exclusivamente en los déficits o debilidades de nuestros alumnos. Esta forma de intervención centrada en las debilidades nos da una visión sesgada y poco constructiva de nuestros alumnos y alumnas y esto repercute muy negativamente tanto en nuestras expectativas como en la visión de sí mismo que transmitimos al alumno o alumna. Una intervención en el aula centrada en las fortalezas de los alumnos y a través de ellas abordar las áreas más débiles provoca un efecto radicalmente opuesto tanto en las expectativas del profesor como en el autoconcepto del alumno y esto repercute directamente en los resultados obtenidos (no sólo entendidos en términos académicos sino también emocionales). Para ello contamos con las aportaciones de la teoría de las Inteligencias Múltiples formulada por Howard Gardner.
Permitir a los alumnos que vivan la totalidad de las emociones
Permitirles vivir experiencias de rabia, asco, miedo, alegría, sorpresa, tristeza, curiosidad… Las emociones no son ni buenas ni malas. Todas ellas son necesarias. Sólo si las conozco, pongo nombre (alfabetización emocional) y tomo conciencia de ellas las puedo regular (es decir controlar y modificar). Un alumno al que se le priva de vivir o sentir determinadas emociones desagradables carecerá de recursos para el manejo de las mismas y se verá desbordado cuando irremediablemente se enfrenta a ellas.